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Trastorno Obsesivo-Compulsivo

 

 


 

 

El Trastorno Obsesivo-Compulsivo

 

El trastorno obsesivo-compulsivo (T.O.C.) es un síndrome psiquiátrico perteneciente al grupo de los desórdenes de ansiedad caracterizado por:
• Obsesiones: son ideas, pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes y persistentes que son egodistónicos, es decir, que no son experimentados como producidos voluntariamente, sino más bien como pensamientos que invaden la conciencia y que son vividos como repugnantes o sin sentido. El enfermo realiza intentos para ignorarlos o suprimirlos, a veces sin conseguirlo.
• Compulsiones: son conductas repetitivas y aparentemente finalistas, que se realizan según determinadas reglas de forma estereotipada. La conducta no es un fin en sí misma, sino que está diseñada para producir o evitar algún acontecimiento o situación futura. Sin embargo, o bien la actividad no se halla conectada de forma realista con lo que se pretende impedir o provocar o puede ser claramente excesiva. El acto se realiza con una sensación de compulsión subjetiva junto con un deseo de resistir a la compulsión, por lo menos inicialmente. Por lo general, el individuo reconoce la falta de sentido de la conducta (algo que no siempre ocurre en niños pequeños) y no obtiene placer en llevar a cabo esta actividad, aunque le procure un alivio de su tensión, la compulsión es generada por la tensión causada por los pensamientos de ansiedad esos pensamientos que comienzan como mentira te hacen creer realidades te llevan a hacer o pensar en situaciones de ansiedad.

En las personas que sufren este tipo de desorden, el pensamiento aparece dominado por una idea intrusiva o secuencia de ideas, que buscan apagar con comportamientos rituales, casi siempre muy caprichosos. Son plenamente conscientes de su trastorno, que es vivido como un malestar y puede estar asociado a un sentimiento de culpa o de vergüenza.

• Las obsesiones y las compulsiones: son una fuente significativa de malestar para el individuo o interfieren en su funcionamiento social.
• No debe confundirse con los desórdenes fóbicos.
• El trastorno obsesivo-compulsivo estadísticamente es igual de frecuente en varones que en mujeres.

Atormentados y obsesivos puros: experimentan pensamientos negativos reiterados, que resultan incontrolables y bastante perturbadores. No obstante, a diferencia de quienes sufren los demás tipos de T.O.C., no se entregan a comportamientos reiterativos de tipo físico, sino rumiaciones mentales.

 





¿Cuáles son los síntomas del trastorno obsesivo compulsivo?
A continuación se enumeran los síntomas más comunes del trastorno obsesivo compulsivo. Sin embargo, cada adolescente puede experimentarlos de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir:
• preocupación exagerada por la suciedad, los gérmenes o la contaminación
• dudas reiteradas (por ejemplo, si la puerta está cerrada o no)
• pensamientos persistentes acerca de la violencia, las heridas, matar a alguien o herirse a sí mismo
• períodos excesivos de tiempo tocando cosas, contando, pensando en números y secuencias
• preocupación por el orden, la simetría o la exactitud
• pensamientos persistentes acerca de actos sexuales repugnantes o la demostración de conductas prohibidas o consideradas tabú
• pensamientos preocupantes que están en contra de las propias convicciones religiosas
• necesidad extrema por saber o recordar cosas que pueden ser muy triviales
• atención excesiva en los detalles
• preocupación excesiva de que algo terrible suceda
• pensamientos, impulsos o conductas agresivas
• La conducta compulsiva se establece como una respuesta a la tensión y tiene dos importantes formas de manifestación:

Si dudo de haber dejado la puerta de la calle cerrada con llave, eso me produce una tensión interna que se puede anular si me molesto a volver a subir a comprobar que la puerta esté cerrada. Ceder a una duda más allá de lo sensato y razonable tiene la virtud de trasformar a la duda en algo insaciable, ya que la sed o materia de la que se ocupa el dudar nunca se sacia con el agua dulce de la comprobación (en realidad se sacia con el gota amarga de la abstención).

Contra más sacrificios inútiles haga para ganar una seguridad total menos experimento la seguridad que proviene de estar realmente seguro por que me fío de mí mismo, y más dependo de un ritual tranquilizador que en vez de dar lo que promete corroe y mina más aún mi seguridad autónoma e independiente.

Para estar seguros de sumar bien, de conducir bien, de hablar bien, lejos de depender de actos compulsivos de control, debo aprender a confiar en mi-mismo/a, ensayando lo imprescindible, atreviéndonos a errar, aprendiendo a ser benevolentes y prácticos con nuevas equivocaciones.

La compulsión consiste, más que en una adecuada resolución de lo que la produce, en un desvío hacia otra cosa que nos distrae, que nos da placer o simplemente otra preocupación distinta.

En ocasiones se ha podido crear una excesiva dependencia del afecto de los demás, de forma que nunca tenemos bastante, siempre estamos sedientos, mendigando como pedigüeños migajas de afecto, degradándonos en la petición a niveles de angustiosa humillación, y siempre somos frustrados por no lograr ser el todo para los demás como fueran para nosotros como padres de generosidad incombustible. ¿No sería la solución conformarse con menos y buscar otro tipo de placeres para calmar nuestra sed de bienestar? En cambio el dependiente a menudo se vuelve un sufridor empedernido buscando más de lo mismo, haciendo esfuerzos inmensos para convencer con sus favores, sus tiernas delicadezas, sus sutiles atenciones que sólo provocan las iras, el desprecio y el rechazo.

Tratamiento para el trastorno obsesivo compulsivo:

El tratamiento específico para el TOC será determinado por el médico de su hijo adolescente basándose en lo siguiente:
• la edad de su hijo, su estado general de salud y sus antecedentes médicos
• la gravedad de los síntomas
• la tolerancia de su hijo a determinados medicamentos o terapias
• las expectativas para la evolución del trastorno
• su opinión o preferencia

Es importante saber que el TOC puede tratarse con efectividad, generalmente mediante la combinación de terapia individual y medicamentos. El tratamiento siempre debe basarse en una evaluación integral del adolescente y de la familia. Generalmente, la terapia individual incluye técnicas cognitivas conductuales. Este tipo de terapia se concentra en ayudar al niño o adolescente a identificar y comprender sus miedos y a aprender nuevas formas de resolverlos o disminuirlos con mayor efectividad. Las técnicas conductuales ayudan al niño o adolescente y a sus familias a establecer acuerdos o pautas para limitar o cambiar las conductas (por ejemplo, establecer una cantidad máxima de veces que un niño con el trastorno tiene permitido lavarse las manos). Los medicamentos que suelen utilizarse para tratar el trastorno se clasifican en inhibidores selectivos de la reabsorción de la serotonina (su sigla en inglés es SSRI), medicamentos que afectan de forma selectiva los mecanismos neurotransmisores en el sistema nervioso central. Si se determina que el trastorno está relacionado con una infección por estreptococos, es probable que el médico de su hijo le indique una serie de antibióticos. A veces se recomienda la terapia familiar y la consulta con la escuela del niño como parte del tratamiento. Los padres desempeñan un papel fundamental de apoyo en cualquier proceso de tratamiento.

La habituación es la disminución y eventual desaparición de reacciones como consecuencia de su repetición, como una adaptación negativa, en la cual el organismo aprende a no responder aunque haya un enriquecimiento conductual proveniente de la experiencia. la habituación es la disposición decreciente del organismo para responder como resultado de una estimulación repetida; es decir, el sujeto deja de responder a un estímulo aunque siga siendo capaz totalmente de percibirlo y de realizar la respuesta, y esta respuesta deja de darse porque los impulsos neurológicos sensoriales no se transmiten a las neuronas motoras en base a un proceso neurológico de habituación.

En la práctica clínica es difícil la aplicación de esta técnica porque:

1).Las rumiaciones, rituales cognitivos y las conductas de evitación son difíciles de identificar y controlar;
 2).El contenido de las obsesiones es idéntico que el del ritual;
3).Las conductas encubiertas tiene lugar sin que sean interrumpidas por la situación física o social, y por último,
4).La supervisión pierde sentido; a pesar de ello afirma que no hay duda alguna de que el entrenamiento en habituación conjuntamente con prevención de respuesta mejore los resultados terapéuticos en estos pacientes, señalando que el seguimiento de los pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo indica que alrededor de un 70% a 75% mejoran significativamente – 50% o más de mejoría – cuando son tratados con técnicas de modificación de conducta combinadas con frecuencia con psicofármaco.



 


 
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